El viernes 26 de marzo de 2021, la revista The New Yorker publicó un artículo en el que se analizaba a dos historiadores polacos del Holocausto, lo que provocó fuertes críticas del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, en Polonia.
Las reivindicaciones del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau en Polonia
La institución polaca acusa al New Yorker de publicar mentiras y distorsionar el papel de Polonia en la Segunda Guerra Mundial. El artículo fue escrito por la periodista ruso-estadounidense Masha Gessen, quien comentó en la publicación que el gobierno polaco demandó a los dos historiadores por difamación para exonerar al país del asesinato de tres millones de judíos.
El viceministro polaco de Asuntos Exteriores, Szymon Szynkowski vel Sek, afirmó el sábado en su cuenta oficial de Twitter que la situación provocaría una fuerte reacción de la diplomacia polaca.
El Museo de Auschwitz, ocupado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, alberga hoy los restos del mayor campo de concentración de la época y denuncia los casos de revisionismo y negación del Holocausto.
Según los expertos, el revuelo que provocó el artículo entre las autoridades polacas se debe a que la idea de clasificar a los polacos como espectadores o cómplices de la masacre judía es un tema sensible en el país.
La masacre de los judíos, todavía hoy un tema sensible
Polonia desea subrayar, casi ocho décadas después del final del Holocausto, que la gran mayoría de los viles asesinatos fueron causados por las fuerzas nazis y que el ejército clandestino polaco nunca colaboró con las acciones de Adolf Hitler.
El director del Museo de Auschwitz, Piotr Cywinski, cree que cualquier distorsión de la historia es peligrosa, ya sea negación, distorsión o revisionismo.
Asimismo, el director ejecutivo del Comité Judío Estadounidense, David Harris, tuiteó que Alemania era el único país responsable de los campos de concentración nazis y que este hecho no debía olvidarse nunca.